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¿Existe una lista de enfermedades para incapacidad permanente este 2024?
En el ámbito laboral, conocer la tabla de enfermedades para incapacidad permanente total en 2024 es crucial para entender qué condiciones pueden limitar significativamente la capacidad de un trabajador para desempeñar su puesto. Es fundamental identificar aquellas enfermedades que entran como discapacidad, ya que esto puede afectar tanto al empleado como al empleador en términos de gestión laboral y adaptaciones necesarias en el lugar de trabajo.
¿Conoces las enfermedades que dan incapacidad permanente?¿Aún no sabes cómo gestionar una baja laboral? Es importante estar al día con las enfermedades de incapacidad permanente en 2024, asegurando que tanto los empleadores como los empleados estén informados sobre sus derechos y opciones disponibles.
¿Qué es la incapacidad permanente?
La pensión por incapacidad permanente, según define la Seguridad Social, es una ayuda económica otorgada a un trabajador que, tras recibir el tratamiento médico adecuado y ser dado de alta, sufre de limitaciones graves y posiblemente permanentes, tanto anatómicas como funcionales, que reducen o eliminan su capacidad para trabajar.
Por ende, podemos entender que la incapacidad permanente es una situación en la que un trabajador, después de haber recibido todos los tratamientos médicos posibles y ser considerado estable desde un punto de vista clínico, continúa enfrentando serias limitaciones que afectan significativamente su habilidad para desempeñarse laboralmente.
¿Cuál es la incapacidad permanente absoluta mediante ejemplos?
La incapacidad permanente absoluta este 2024 es una situación en la que se considera que un trabajador no está capacitado para realizar ningún tipo de trabajo o actividad profesional a causa de limitaciones físicas o psíquicas severas. A continuación, te proporcionamos algunos ejemplos que suelen calificar para este tipo de incapacidad:
Enfermedades neurodegenerativas graves: Como el Alzheimer avanzado o la esclerosis múltiple en etapas progresivas, donde la pérdida de capacidades cognitivas y físicas impide cualquier actividad laboral.
Traumatismos severos: Incluyendo lesiones cerebrales traumáticas que resulten en una pérdida significativa de la función cognitiva o motora.
Cáncer en estado avanzado: Algunos tipos de cáncer en etapas avanzadas pueden incapacitar completamente al paciente para el trabajo, especialmente aquellos que implican tratamientos intensivos que incapacitan física y mentalmente.
Enfermedades cardíacas graves: Como la insuficiencia cardíaca congestiva severa, que limita enormemente la capacidad física y puede hacer imposible cualquier esfuerzo sin riesgo de descompensación grave.
Enfermedades psiquiátricas severas: Trastornos como la esquizofrenia o trastornos del ánimo graves (depresión mayor, trastorno bipolar) que, en sus formas más severas, impiden el desempeño laboral.
¿Cuáles son los requisitos para la incapacidad permanente?
En términos generales, para que los trabajadores bajo esta situación puedan acceder a una incapacidad permanente tienen que cumplir con unos requisitos básicos. Aunque es importante mencionar que, al existir diferentes tipos de incapacidades permanentes entre las que encontramos: parcial, total, absoluta y gran invalidez.
Por ello y continuando con los requisitos para la incapacidad permanente, son los siguientes:
No haber alcanzado la edad de jubilación.
Estar inscrito y activo en la Seguridad Social, o encontrarse en una situación que se considere como asimilada al alta.
Cumplir con un período mínimo de cotización previo, excepto en casos donde la causa de la invalidez sea una enfermedad profesional o un accidente, ya sea laboral o no laboral.
Es fundamental también considerar el reconocimiento médico laboral, que es un examen realizado por médicos de la empresa o externos para evaluar la salud del trabajador y determinar si está apto para realizar sus funciones laborales. No debe confundirse con la evaluación realizada por el tribunal médico, que es el que oficialmente determina la incapacidad permanente después de analizar el caso en profundidad. Los diferentes tipos de baja laboral, como la baja temporal por enfermedad o accidente pueden influir en el proceso y en el reconocimiento final de la incapacidad permanente.
¿Cómo se determina la incapacidad laboral de un trabajador?
Para determinar la incapacidad laboral de un empleado, se debe seguir un procedimiento detallado que varía según el tipo de incapacidad. Si se trata de una incapacidad temporal, el proceso comienza con una visita al médico de cabecera. El médico realiza un examen y, si es necesario, ordena pruebas adicionales para evaluar la condición del trabajador. Si se justifica, se emite una baja médica.
Si se trata de una incapacidad permanente es más complejo. Inicialmente, el trabajador debe cumplir ciertos requisitos mínimos. Si estos se cumplen, el siguiente paso es solicitar la incapacidad permanente.
¿Cuáles son las enfermedades que pueden dar acceso a una pensión por incapacidad permanente en 2024?
Es importante entender la pregunta "¿Qué enfermedades se consideran como incapacidad en 2024?" Pues bien, realmente no tiene una respuesta directa ya que no existe una lista oficial y explícita de enfermedades que automáticamente otorguen el derecho a una pensión por incapacidad permanente, sea parcial, total, absoluta o gran invalidez.
El otorgamiento de esta pensión se basa en criterios generales y específicos y requiere un proceso detallado que incluye el análisis de informes médicos y diversas pruebas. Este proceso puede variar dependiendo de si la causa es una enfermedad común, un accidente no laboral o un accidente de trabajo o enfermedad profesional.
Sin embargo, se puede mencionar algunas enfermedades y patologías que frecuentemente han sido asociadas con la concesión de una pensión por incapacidad permanente, según lo indicado por decisiones judiciales previas y medios especializados. Además, es útil consultar la tabla de enfermedades para incapacidad permanente absoluta que incluye condiciones específicas consideradas por la Seguridad Social para esta categoría de incapacidad:
Agorafobia, alcoholismo, alzheimer, aneurisma, ansiedad, apnea del sueño (SAOS), arteriosclerosis, arteriopatía periférica u obliterante, artritis psoriásica, artritis reumatoide, artrosis y asma.
Caderas, cáncer, cáncer de mama, cáncer de pulmón, cáncer de recto, cardiopatías, Charcot-Marie-Tooth, codos y colitis ulcerosa.
Demencia, depresión, dermatitis y desprendimiento de retina.
Enfermedad de Behcet, enfermedad de Crohn, enfermedad de Perthes, enfisema pulmonar, epilepsia, EPOC, esclerosis múltiple, espondilitis anquilosante y esquizofrenia.
Fatiga crónica, fibrilación auricular, fibromialgia.
Glaucoma y gonartrosis.
Hernia cervical, hipertensión pulmonar, hipoacusia, hombro.
Ictus, infarto agudo de miocardio, insuficiencia mitral, insuficiencia renal crónica.
Ludopatía, lumbalgia, lupus eritematoso sistémico.
Miastenia gravis, migraña.
Neuropatía y neuropatía óptica.
Obesidad mórbida.
Pancreatitis, parkinson, patologías de pie, patologías de manos, pérdida de visión.
Sarcoidosis, sensibilidad química, síndrome de Arnold Chiari, síndrome de burnout, síndrome de cola de caballo, síndrome de Lambert-Eaton, síndrome de Ménière, síndrome de Wolf-Parkinson-White y síndrome postpolio.
Taquicardias, tetralogía de Fallot, trasplante de riñón, trastorno bipolar, trastorno estrés postraumático, trastorno límite de personalidad, trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y traumatismo craneoencefálico.
Uveítis.
En relación con la incapacidad permanente, existen diversas afecciones que pueden dar lugar a esta prestación. Sin embargo, es importante destacar que esta lista no es exhaustiva. Dependiendo de las circunstancias individuales de cada caso, otras condiciones también podrían justificar la concesión de una pensión por incapacidad permanente. Además, situaciones como una baja por recaída o una baja por operación pueden influir en el proceso de evaluación y reconocimiento de la incapacidad permanente.
En conclusión, es crucial que tanto empleadores como empleados comprendan las diferencias entre conceptos como accidente no laboral y enfermedad común, así como su impacto en la baja laboral y las prestaciones por incapacidad permanente. Un accidente no laboral ocurre fuera del entorno de trabajo y sus circunstancias, mientras que una enfermedad común puede desarrollarse sin relación directa con las actividades laborales. Ambas situaciones pueden llevar a una baja laboral, durante la cual el trabajador recibe asistencia mientras se recupera, pero las implicaciones en términos de cobertura y procedimientos para reclamar beneficios por incapacidad pueden variar. Entender estas diferencias es fundamental para gestionar adecuadamente los derechos y responsabilidades en el marco de las normativas laborales y de seguridad social.
En este contexto, PayFit ofrece una solución integral que simplifica la gestión de estas situaciones, asegurando que tanto la documentación como los procesos relacionados con las bajas laborales y las incapacidades se manejen de manera eficiente y conforme a la ley.
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